Biovalle es el sueño de César y Juan de recuperar los naranjos que plantaron sus abuelos a principios de los 40 cuando se instalaron en Palma del Río, en el valle del Guadalquivir cordobés. En la localidad, el cultivo de cítricos y naranjas es una arraigada tradición desde hace más de cinco siglos y, en Biovalle, se puede pasear junto a ejemplares de más de 70 años de una variedad local de cultivo tradicional denominada cadenera, que están empeñados en conservar.
Los naranjos de Biovalle son unos auténticos triunfadores. Se ubican en el límite climático del área de cultivo comercial de cítricos en Andalucía y están sometidos a bajas temperaturas en invierno, lo que da lugar a una maduración sorprendente de la fruta, con unos intensos tonos naranja y un sabor, olor, textura y carga de vitaminas y minerales excepcionales.
Visitar este naranjal es siempre un placer para los sentidos, pero lo es mucho más desde mediados de noviembre hasta mediados de mayo, cuando podrás degustar naranjas y zumos directamente en el campo y, si tienes suerte, dejarte envolver en primavera por el aroma del azahar al florecer los árboles que, con tanto amor, plantaron hace setenta años el abuelo Ocaña y la abuela Justa.